- No, no sé, y si se enteran?- resonó quedamente una voz en la noche
- Yo no quiero seguir aquí, llevo aquí desde que tengo memoria, ya me cansé de todo esto- susurró frenéticamente otra voz
- Entonces vienes Lily?- inquirió una tercera voz
- Claro que lo haré, yo voy, incluso si tengo que darle mi cuerpo a Ser Dean para que me saqué de aquí- dijo la segunda voz- incluso sacaré de aquí a Rosie, antes de que se arrepienta
- Entonces está hecho?- volvió a preguntar la tercera voz
- Por mi sí- respondió Lily
- Daisy, por favor, no podemos irnos así, no sería correcto-
- Quieres seguir viviendo así? Sabes que les pasó a las otras novicias?
- S..sí, pero estamos consagradas a la Fe, no podemos dejarla así como así
- Podemos, aún no tomamos los votos, no tenemos que hacer lo que ellas hicieron
- Pero Ivy? Es la más pequeña de nosotras, no tiene tanto tiempo en esto
- Mejor así, no llegará a vivir lo que nosotras, Prim, sé que no quieres que pase por lo mismo, podemos irnos ahora, mientras no lo noten y Ser Dean esté con nosotras...
La joven dudó, pero al final, con una mirada de resolución dijo
- Bien, pero debemos hacerlo ya...-
Una sombra se movió por la noche, rozando el suelo mientras se dirigía a la celda de Rosie e Ivy, una mano rápida abrió el pestillo y la sombra se escurrío, reptando por el cuarto se acercó al catre de la más grande mientras una segunda sombra hacia lo mismo con la chica menor, con una mano tapó la boca de Rosie, que inmediatamente abrió los ojos con miedo
- Tranquila, soy yo, Lily- susurró la sombra, - también viene Prim, nos vamos- dijo mientras le acariciaba la cabeza, con señas e intentando hacer el menor ruido posible, se vistieron y salieron cubriendo sus cabezas, al salir, únicamente se oía la respiración de las jóvenes, corrieron contra el bosque mientras sujetaban fuertemente las mantas de lana que llevaban
- Daisy?- inquirió con inquietud Lily, - dónde estás?- su mirada recorrió el bosque buscando cualquier señal de su compañera
- Aquí- resonó una voz en lo bajo de un árbol tan grande que cubría todos los caballos, sobre el más grande, un hermoso caballo de guerra zaino, Ser Dean montaba con gallardía
- Son todas? - preguntó el caballero
- Lo son... podemos irnos ya?- preguntó nerviosamente Daisy
- Vamos- dijo el caballero, ayudando a subir al caballo a las muchachas, con él iban dos, Ivy y Prim (castaña y pelirroja :v) en el segundo caballo Rosie y Lily (las rubias :v) y en el último caballo, iba en solitario Daisy, que llevaba consigo un pequeño cofre de abeto con seguros de hierro lleno de monedas de oro y plata
- Listas?- preguntó por última vez el caballero mientras se acomodaba en la silla de montar, las cinco asintieron y con un leve toque a los costados, el caballero comenzó un trote en dirección contraria a la de las instalaciones de la Fe