Ya habían pasado dos horas desde que me aventure en la faceta más perversa de antigua, ya había pasado por 5 burdeles y en todos ellos las mujeres salían a ofrecerse a los hombres, casi caigo en las manos de dos mujeres, la una era una hermosa morena de ojos azules y cabellera aún más negra que su piel, llevaba sus pechos al aire y los frotó contra mi, cuando rechacé sus servicios puso su mano sobre mi miembro, admito que casi me dejo llevar pero mi misión era clara, la otra muchacha la encontré cerca de un puente, una hermosa pelirroja de piel blanca, su dulce voz era un trampa en la que preferí no caer... Aunque me arrepiento ahora que la recuerdo.
Llegó a un barrio comercial, por la mañana es un mercado con productos de Dorne, el hombre que lo atiende suele ofrecer limones, naranjas y comida picante, aunque me gustan yo vengo por otros productos, esperando que posea lo que necesito tocó la puerta y espero a que el hombre salga.