Hielo y Fuego Wiki
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El asalto a Pozo Dragón fue el resultado de una revuelta en Desembarco del Rey durante la Danza de los Dragones, en la que murieron cinco dragones y miles de personas.[1]

Preludio[]

Los ciudadanos de Desembarco del Rey, aterrorizados, estallaron en disturbios la noche siguiente al suicidio de la reina Helaena Targaryen. Durante la primera noche de estos disturbios, la turba arrasó a su paso por toda la ciudad, destrozaron la Puerta del Río y mataron a Ser Luthor Largent y sus quinientos capas doradas cuando llegaron para arrestar al Pastor. El propio Pastor huyó de los capas doradas.

Aunque la mayoría huyeron al amanecer, la muchedumbre volvió en mayor número la noche siguiente, apodada "el Último Día" por Munkun. El Pastor apareció una vez más en la Plaza del Zapatero para predicar contra la gran multitud que se había formado en la plaza. La gente temía la llegada de los dragones y el ejército del rey Aegon II Targaryen, pero el Pastor les dijo a sus "corderos" que todos arderían cuando llegaran los dragones, y que las oraciones no podrían detener la ira del Desconocido. En cambio, el Pastor afirmó que la única forma en que la ciudad podría lograr la salvación era matando a los dragones en Pozo Dragón.

La reina Rhaenyra Targaryen y sus hijos, Joffrey Velaryon y Aegon el Joven, observaron junto a sus leales desde lo alto del tejado del Torreón de Maegor. Aunque Rhaenyra había enviado jinetes a la Puerta Vieja y a Ser Garth el Leporino a la Puerta del Dragón para capturar al Pastor, dispersar a sus seguidores y proteger a los dragones, no sabían si los jinetes habían podido llegar a sus destinos. El príncipe Joffrey deseaba montar para proteger a los dragones, pero Rhaenyra se negó a permitirlo, insistiendo en que necesitarían a todos los hombres para defender la Colina Alta de Aegon, después de que cayera la Colina de Rhaenys. Joffrey, temiendo que su propio dragón, Tyraxes, fuera asesinado, se escabulló hasta el patio y soltó al dragón de su madre, Syrax. Montado en la espalda de Syrax, el príncipe voló sobre la ciudad. Se desconoce si su intención era llevar al dragón a la batalla o volar a Pozo Dragón para buscar a su propio dragón, y quizás también a los otros dragones.

Temerosa, Rhaenyra ordenó a sus hombres que devolvieran a su hijo al castillo. Ser Medrick Manderly, Ser Loreth Lansdale, Ser Harrold Darke , Ser Harmon del Cañaveral, Ser Gyles Yronwood, Ser Willam Royce, Ser Glendon Goode , seis escuderos, ocho capas doradas y veinte hombres de armas salieron de la Fortaleza Roja y se abrieron paso a través de la ciudad en un intento de llegar hasta el príncipe. Joffrey, sin embargo, no pudo permanecer sobre la espalda de Syrax una vez que estuvieron en el aire, y se deslizó de su espalda doscientos pies sobre Lecho de Pulgas y se precipitó hacia su muerte. Los Siete que Cabalgaron encontraron su cuerpo mientras la multitud lo cortaba en pedazos, y lograron recuperar cada parte de su cuerpo excepto un pie.[2]

Desarrollo[]

La Guardia de la Ciudad marchó desde sus cuarteles en la Puerta del Dragón para defender la Colina de Rhaenys, pero no pudo detener a la multitud. Menos de cincuenta Guardianes de los Dragones montaron guardia la segunda noche de los disturbios, pero aunque defendieron Pozo Dragón lo mejor que pudieron, las multitudes finalmente destrozaron las puertas de las entradas menores, hechas de roble y hierro, utilizando arietes y hachas rudimentarios. Otros entraron por las ventanas. Durante la batalla, todos los Guardianes fueron masacrados.

En el interior, los cuatro dragones se habían despertado, excitados y enfadados por los sonidos del ataque. Incapaces de volar, ya que habían sido encadenados, los cuatro dragones lucharon con sus cuernos, garras y dientes. Soltaron su llama de dragón y transformaron el lugar en un infierno de fuego. El primer dragón en morir fue Shrykos, que fue asesinado por Hobb el Talador. Hobb saltó sobre su cuello y hundió su hacha en el cráneo del dragón. Fueron necesarios siete golpes, según el septón Eustace. Luego murió Morghul, asesinado por el Caballero Ardiente, que se precipitó hacia la llama del dragón y lo apuñaló repetidamente en el ojo con su lanza mientras ardía hasta su propia muerte. Tyraxes quemó a los que se lanzaron contra él desde su guarida, hasta que la entrada principal de su guarida quedó completamente bloqueada con cadáveres. Sin embargo, después de que el Pastor ordenara a sus seguidores que atravesaran la puerta trasera de la guarida del dragón, este se enredó en sus propias cadenas y fue asesinado por la multitud. Luego le cortaron las membranas de las alas y las rasgaron en tiras, para poder hacer capas de piel de dragón con ellas. Sueñafuego pudo liberarse de las ataduras que le quedaban. Alzó el vuelo, rodeó el interior cavernoso de la cúpula, y se abalanzó para atacar a los hombres que estaban abajo. Mató a más hombres que los otros tres dragones juntos. Los arqueros y ballesteros le lanzaron flechas y proyectiles, y cada vez que aterrizaba, los hombres la atacaban en masa, empujándola de nuevo al aire. Finalmente, un proyectil de ballesta le hirió un ojo. Medio ciega y enloquecida, la dragona voló hacia la gran cúpula de Pozo Dragón, que se agrietó con el impacto. La mitad se derrumbó, aplastándola a ella y a los asaltantes bajo toneladas de piedra rota y escombros.[3][4]

Nadie sabe cuántas personas murieron esa noche; cientos, posiblemente incluso miles, y muchas más resultaron heridas.[5]

Secuelas[]

La caída de Syrax[]

Tras la destrucción del tejado, el asalto a Pozo Dragón terminó. Sin embargo, el dragón de Rhaenyra Targaryen, Syrax, liberado de los establos de la Fortaleza Roja por su hijo, Joffrey Velaryon, descendió sobre los supervivientes que salieron de las ruinas humeantes. Según Champiñón, "un millar de chillidos y gritos resonaron por toda la ciudad, mezclándose con el rugido del dragón". La Colina de Rhaenys parecía llevar "una corona de fuego amarillo", ardiendo tan brillante que parecía que el sol estaba saliendo. En lugar de escupir fuego sobre las turbas desde arriba, Syrax voló y atacó a la turba con sus dientes y garras, devorando a la gente de abajo. Rhaenyra observó el final de Syrax desde lo alto del tejado del Torreón de Maegor, agarrando a su único hijo superviviente en sus brazos, hasta que Syrax cayó.

Champiñón, el septón Eustace y el gran maestre Munkun han escrito relatos de la muerte de Syrax. Según Munkun, Hobb el Talador mató al dragón con su hacha, aunque el archimaestre Gyldayn cree que esto es casi seguro un error, ya que considera improbable que el mismo hombre pudiera haber matado a dos dragones la misma noche y de la misma manera. Otros han sugerido un lancero sin nombre, "un gigante empapado en sangre" que saltó sobre la espalda del dragón, mientras que otros hablan de Ser Warrick Wheaton, quien supuestamente cortó un ala de Syrax con una espada de acero valyrio. Un ballestero, se atribuyó la responsabilidad de la muerte de Syrax después, y se jactó de ello con frecuencia, hasta que uno de los partidarios de Rhaenyra se cansó de sus historias y le cortó la lengua.

Gyldayn sostiene que es posible que todos los candidatos, excepto Hobb el Talador, desempeñaran algún papel en la muerte del dragón. Sin embargo, la historia que se cuenta con más frecuencia en Desembarco del Rey es la del Pastor. Según el relato, mientras los demás huían, el Pastor se enfrentó a Syrax por su cuenta, invocando auxilio a los Siete, hasta que el propio Guerrero tomó forma corpórea, de treinta pies de altura, con una espada negra hecha de humo, que se convirtió en acero. Incluso el septón Eustace repite la historia en su relato, mientras los bardos han cantado sobre ella durante muchos años.[6]

La huida de Rhaenyra[]

Conmocionada por la pérdida de su dragón y de su hijo Joffrey Velaryon, Rhaenyra Targaryen estaba inconsolable, según Champiñón. Sus consejeros estuvieron de acuerdo en que Desembarco del Rey estaba perdido para ellos, y lograron convencer a Rhaenyra de abandonar la ciudad. Rhaenyra aceptó de mala gana y huyó al día siguiente, escabulléndose de la ciudad con algunos de sus leales y su hijo Aegon. Rhaenyra llegó, después de grandes dificultades, a su propio castillo en Rocadragón, donde posteriormente fue capturada por el rey Aegon II Targaryen, cuya gente había tomado el castillo durante las semanas anteriores.[7]

Referencias[]

Batallas y eventos de la Danza de los Dragones
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