Hielo y Fuego Wiki
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El Hombre Bondadoso es un sacerdote del Dios de Muchos Rostros en la Casa de Blanco y Negro en Braavos. Pertenece a los Hombres sin Rostro. Parece estar a cargo del templo y es el único que habla la Lengua Común de Poniente entre esas murallas. Viste una túnica con capucha negra por el lado derecho y blanca por el lado izquierdo.

Apariencia

Cuando le muestra por primera vez su rostro a Arya Stark se observa un cráneo amarillo con pedazos de piel colgando y un gusano blanco saliendo de una de sus órbitas. Cuando Arya lo besa y muerde el gusano, su rostro se transforma en el del anciano más amable que jamás haya visto.[1]

Eventos Recientes

Festín de Cuervos

Se encarga del entrenamiento de Arya como acólito del Dios de Muchos Rostros. En principio, le asigna la tarea de aprender la lengua braavosi de la Niña Abandonada y enseñarle a ésta la Lengua Común de Poniente. Le confirma a Arya que la Niña Abandonada no es una niña, sino una mujer de 36 años. Cuando Arya es capaz de hablar algo de braavosi, la envía a la ciudad como la Gata de los Canales. Hace los arreglos para que se quede con Brosco, un vendedor de mariscos, para vender almejas y berberechos.[2]

Cuando Arya regresa al templo, tres noches cuando la luna es nueva, le pide que le cuente tres cosas nuevas que haya aprendido en ese tiempo. Luego, evalúa si la respuesta de Arya a la pregunta "¿quién eres?" es sincera, lo que nunca pasa. En una de esas ocasiones, Arya cuenta que Dareon, un hermano juramentado de la Guardia de la Noche, está muerto, el Hombre Bondadoso pregunta quién lo ha matado y ella responde "Arya de la Casa Stark". El sacerdote le pregunta quién es ella, a lo que responde "Nadie". Pero, como siempre, el sacerdote le responde que miente y le pide a la Niña Abandonada que le traiga leche caliente a Arya para ayudarla a dormir. Arya se va a la cama y cuando despierta a la mañana siguiente, está ciega.[3]


Danza de Dragones

El Hombre Bondadoso le propone todos los días a Beth la Ciega recuperar la vista. Arya, para quien eso significaría abandonar el templo, se rehúsa cada vez. La envía a mendigar en las posadas y tabernas en busca de tres cosas nuevas. Le aconseja utilizar sus otros cuatro sentidos para paliar las dificultades que ser ciega le ha impuesto y ganar sensibilidad de esa forma. Además, le explica que la muerte de Dareon estuvo mal, pues ella no pude erigirse en jueza para distribuir el don de la muerte, tarea únicamente del Dios de Muchos Rostros.

Para entrenar a la acólita y aumentar su rapidez de percepción, el Hombre Bondadoso lanza frecuentemente golpes con su bastón sin que ella sepa quién es el causante de los golpes. La noche que ella lo descubre como el atacante misterioso, el Hombre Bondadoso le da a beber una poción que le devuelve la vista.[4]

Citas

"Todo el mundo miente cuando tiene miedo. Algunos dicen muchas mentiras; otros, pocas. Algunos sólo tienen una gran mentira y la dicen tan a menudo que casi llegan a creerla… Aunque en su interior siempre sabrán que sigue siendo mentira, y eso se reflejará en su rostro."[5]


"No te corresponde a ti decidir quién vive y quién muere. Ese don sólo lo posee El que Tiene Muchos Rostros. Nosotros no somos más que sus siervos; hemos jurado hacer su voluntad."[6]

Galería

Referencias

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