La medicina en el mundo conocido juega un rol preponderante en la vida y salud de sus habitantes. Adicionalmente a los curanderos populares y a los reparadores de huesos, existen varias otras agrupaciones que practican la medicina, tales como los huérfanos del Sangreverde.[1] La más conocida de estas agrupaciones son los Maestres de la Ciudadela.
Tratamientos
El pueblo bajo usualmente no tiene acceso a los servicios de un maestre, los que generalmente están vinculados a una casa noble y a su castillo, por lo que dependen de barberos ambulantes, curanderos locales, comadronas, magos itinerantes, brujas del bosque u otra persona con conocimientos de medicina y herbología.
Las heridas son limpiadas generalmente con vino hirviendo o tratadas con fuego myriense o leche de fuego, las cuales queman al contacto. Los gusanos son usados sobre las heridas infectadas y supurantes pues fagocitan los tejidos podridos o muertos. Los maestres además cierran las heridas cosiéndolas y utilizan cataplasmas hechas de semillas de mostaza, ortiga y moho de pan para prevenir infecciones. Las sanguijuelas también son usadas para drenar la sangre que se acumula en demasía en las heridas. Como analgésicos existen la leche de amapola y el vino del sueño. Para desinfectar los utensilios quirúrgicos se utiliza vinagre.
Los huesos fracturados son inmovilizados utilizando tablillas. Además, se utiliza Té de la Luna por su efecto anticonceptivo y abortivo.
Enfermedades
Un número de enfermedades son contraídas en la infancia. Las manchas rojas[2] son comunes en los primeros años de vida y rara vez causan la muerte de un niño menor de diez años, dejando además inmune a la persona ante contagios posteriores. Sin embargo, los adultos que no contrajeron las manchas en la infancia tienen riesgo de infección y suele ser mortal. La psoriagrís es raramente fatal en los niños, pero letal en los adultos. No obstante, el sobreviviente a esta afección quedará con la piel gris y de aspecto de piedra, usualmente desfigurados.
Las prostitutas suelen padecer enfermedades venéreas y pestes de distintas etiologías, muy contagiosas a los clientes. Aunque los que padecen estas enfermedades raramente encuentran mucha simpatía en la sociedad, pues cargan con el estigma de la prostitución, los síntomas son en general menores y más embarazosos que graves.[3]
Resfríos menores y fiebres son en raras ocasiones mortales o seriamente debilitantes. Sin embargo, existen varias otras enfermedades conocidas por sus altas tasas de mortalidad o por dejar secuelas graves. Entre las enfermedades conocidas, con letalidades diferentes, se encuentran:
- Colerina sangrienta
- Enfermedad de los temblores
- Fiebre de Aguasgrises[4]
- Gota[5]
- Gran Epidemia Primaveral
- Manchas rojas[6]
- Peste gris
- Psoriagrís
Venenos
Artículo principal: Veneno
Muchos venenos son empleados en los Siete Reinos y en Essos. A pesar de que los maestres de la Ciudadela estudian los orígenes y las cualidades de varias sustancias venenosas, además de sus artes curativas, su uso parece ser más común en las Ciudades Libres y en los gremios de asesinos.
Referencias
- ↑ Festín de Cuervos, Capítulo 21, La Hacedora de Reinas.
- ↑ Festín de Cuervos, Capítulo 21, La Hacedora de Reinas.
- ↑ Choque de Reyes, Capítulo 6, Jon.
- ↑ Choque de Reyes, Capítulo 28, Bran.
- ↑ Juego de Tronos, Capítulo 38, Tyrion.
- ↑ Festín de Cuervos, Capítulo 21, La Hacedora de Reinas.