La Primera Riña fue uno de los dos distanciamientos registrados entre el rey Jaehaerys I Targaryen y su hermana esposa, la reina Alysanne Targaryen, acaecido entre los años 87 y 89 d.C. Fue conocido como el Gran Abismo antes de que tuviese lugar un posterior distanciamiento.[1]
Historia[]
Los comienzos de la Primera Riña tuvieron lugar en 87 d.C., tras la muerte de la princesa Viserra. La reina había perdido a tres de sus hijas en solo cinco años, las princesas Daella y Alyssa habían muerto de parto en 82 AC y 84 AC respectivamente. Aunque la reina fue reconfortada en su dolor por dos de sus hijas sobrevivientes, Maegelle y Gael, no pudo evitar pensar en la hija que no estaba junto a ella, Saera, quien había escapado de su reclusión como novicia en Antigua para vivir en un jardín de placer de Lys. La reina desafió el edicto del rey, enviando en secreto agentes para vigilar a Saera.
En su dolor, la reina llevó al septon Barth junto a ella para hablarle al rey Jaehaerys sobre las virtudes del perdón y las propiedades curativas del tiempo. Cuando terminó, la reina mencionó el nombre de Saera, suplicando que ya era hora de que la trajeran a casa como su hija. El rey se limitó a replicar que era una prostituta lysena. Encogida ante sus duras palabras, Alysanne siguió suplicando, alegando al amor del rey por su reina, pero el rey se negó nuevamente, advirtiéndole de los peligros de viajar a Lys. Finalmente, le dijo que su hija estaba muerta, y que la debía enterrar.
Se había planeado que el rey y la reina hicieran un viaje real por las Tierras del Oeste en 88 d.C., pero la reina informó al rey que debería ir solo, herida por sus palabras. En cambio regresó a Rocadragón para llorar a sus hijas. El rey continuo su viaje por el Dominio en 89 d.C., y aunque diversas damas intentaron seducirlo él se mantuvo fiel a su reina. El distanciamiento no encontró su final hasta que la princesa Maegelle ayudó a reconciliar a la pareja real, diciéndoles que deberían estar juntos para la boda de su nieta, la princesa Rhaenys, en 90 d.C. Una quincena después, tanto el rey como la reina regresaron a Desembarco del Rey, y a partir de entonces volvieron a estar tan unidos como lo habían estado anteriormente.[2]